viernes, 15 de julio de 2011

Boda de Alberto de Mónaco (2)

Ya he comentado lo decepcionado que me encuentro con la boda de esta joven que llego a ilusionarme, sin darme cuenta, sin llegar a comprender con quien se estaba casando. El tiempo pone a cada uno en su sitio y Charlene, ya lo he dicho, debió haber cogido ese avión. (Ver Boda de Alberto de Mónaco (1))

Boda Alberto de Mónaco,  Foto de Familia 
(me excedo en el tamaño de la foto porque a A2M le gustará seguro)
Vamos a lo nuestro que son las joyas de la boda, pero antes… decirme una cosa: 
si os invitan a una boda así ¿iríais?
Si vuestra respuesta es sí, mejor dejar de leer este blog, no estamos hechos el uno para el otro. Si vuestra respuesta ha sido no, podéis continuar. 

Celebro con entusiasmo no haber visto a Felipe en la boda. Ignoro si es que no le invitaron, o si dijo la verdad al justificar su indisposición (sé de buena tinta que tenía un musete esa tarde), pero cualquier diplomática mentirilla hubiera sido mejor que irse a Mónaco de boda ese día.

En fin, si veo a alguno de mis lector@s en su boda subido a una escalinata semejante, me corto las venas.

Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock
Algo mejor fue lo de la tarta, ¡qué tiernos los novios!
Aunque debe ser por el buen recuerdo que tengo de la boda de Juanita, mi tata de toda la vida, que se caso en los salones Paris de Madrid allá por el 78. 

Mantengo indeleble la imagen de todos los invitados, en penumbra y bengala en ristre entonando el  “chico excelente” antes del obligado “que se besen, que se besen”. Estos novios son el vivo recuerdo de Juanita y Paco.

Incluso me han contado que Alberto tuvo que cambiarse su flamante traje de almirante de la armada, porque unos amigotes le arrebataron la corbata para subastarla en trocitos, tal y como mandan los cánones nupciales de toda la vida.
Afortunadamente A2M, previsor el, tenia listo su traje de "cena de gala del capitán", como si del romántico crucero del "Love Boat" en puerto Vallarta se tratara.

Estoy deseando ver el video de la boda y las fotos del viaje de novios.

El desfile de tiaras.

Lo mejor de la boda fue poder ver estas esplendidas joyas. No puedo decir lo mismo de las dignas damas portadoras, porque no se que me pasa con esta boda pero todo me resulta... (¿patético?) Debe ser la simpatía que le tengo al A2M.


Matilde de Bélgica
Vamos allá con las tiaras.
Verdaderamente un desfile de alta joyería, y yo que me quejo habitualmente de la falta de joyas, tengo que decir que aquí me he empachado.
La cuestión es que cuando las grandes joyas no suponen refinamiento entonces son una horterada del quince. Quiero decir que al igual que no llevar joyas es como ir de modelo de Valentino, ir cargada hasta las trancas es lo mismo, pero de modelo de Chaumet, y eso que lo de Matilde todavía tiene un pase.

Y lo curioso de esta boda es que no había una princesa espectacular. Mira que es guapa la Máxima, la Madalena, la Matilde o la Marie, pero en esta boda iban todas bastante repollo.

Camila de Borbon
Madalena de Suecia

Para mi, la amiga de A2M se llevo el premio.
Camila: o chupi tiara o chupi collar, pero ambos no, aunque la consigna de esta boda fuera: "vamos a darles un repasito a los Windsor y enseñarles como son las bodas con  glamour", jeje.

Camila llevaba un collar muy adecuado a su escote, pero entre  "eso" que se planto en la cabeza, el vestido negro y calderas y la expresión de inquisidora malevola me tenia asustado. Solo le faltaba el rabo en punta y un tridente.



La tiara de Madalena es de las más finas y elegantes que se dejan ver por el cuche, pero la joven y guapa princesa sueca tampoco tuvo su día, ( ni su peluqero tampoco !Cómo le quedaba la tiara...!).

Pero Madalein; ese collar con ese escote y esos pendientes con ese pelo y esa tiara... ¿es que no había espejito en el hotel, reina?





Si no fuera porque conocemos la mayoría de la tiaras, podríamos asegurar sin temor a equivocarnos que en la puerta de palacio había un peluquero y un puesto de tiaras para poder entrar en la boda, Alberto es así, pero por lo menos que el peluquero hubiera hecho un curso de peluqería con modulo para colocar tiaras, digo yo.

Marie de Dinamarca que es una mujer elegante y razonablemente discreta, ya iba bien con sus pendientes de brillantes largos para su escote, y una diadema estrecha y discreta hubiera redondeado su impecable imagen (como me gustan los encajes), pero como había que disfrazarse de diadema... pues ¡halaaaa!.

Lo de la Princesa de Kent me ha dado pie a lo del puesto de tiaras en la puerta de palacio, es muy fuerte ¿no?
Marie de Dinamarca
    
Marie-Christine Von Reibnitz, Princesa de Kent




















Maxima de Holanda

Sabeís que Máxima me cae bien, pero... ¿ es verdad o no que todas ellas necesitan mejor peluquero?. En cualquier caso aprovecho para comentar que como en todo aquí también hay tiaras de invierno y de verano, mas ligeras, mas frescas las de verano, mas importantes y recargadas la de invierno. 

No es una cuestión que yo diga, es una cuestión que lo pide la propia imagen del vestido de verano, la mujer y las circunstancias, y estas mujeres a las que no les faltan joyas deberian tenerlo mas en cuenta, (aunque cabe disculparlas porque esta boda era como el gran prix de las tiaras)
Maxi, el collar para ese escote perfecto! 


Máxima a me da pie para otra cosa: Todo no vale para todo. La imagen elegida hay que respetarla en todo momento, o la imagen cambia. Si voy de princesa no puedo ir de loca ye-ye.
No me imagino a estas princesas encopetadas con diamantes, haciendo la conga o bailando la macarena, y si depronto la veo en la fila levantando la patita a ritmo de conga, la princesa se derrumba en cenicienta, ¿o no?

Esto lo digo no por meterme con Maxi, si no por lo de las novias en las bodas, que llegada la hora del baile se desmelenan a bailar desaforadamente, descalzas y copa en ristre a disfrutar de la fiesta. No, la fiesta es para los invitados, la cogorza también y la novia tiene que ser novia desde la llegada a la iglesia hasta la puerta de la alcoba nupcial.

Margarita de Borbón decidió, con buen criterio, que no estaba dispuesta a seguir las excentricidades monagascas y paso del gran prix de las tiaras, pero como no lee mi blog no se percató de los peligros del palabra de honor...
Margarita de Borbon

Qué bien le hubieran sentado a esos labios rojos mi colgante de rubí, largo, con forma de gota, roja, de sangre, hasta la comisura del escote... ¿a que la hubiera animado?

Mette-Marit
Mette-Marit...



Dejo para el final lo mejor aunque trasluce un cierto sabor amargo, ¿porqué?.  La culpa fue del cha-cha-cha... Ay Albert, no tienes perdón.

Carlota Casiraghi

Pero niña... ¿quién te ha dicho que tú necesitas estos pendientes?
  
Que me perdone mi mujer, pero a la Cashiraghi yo le tengo que cantar el "Malagueña Salerosa", va por ustedes:
...
Qué bonitos ojos tienes
debajo de esas dos cejas,
debajo de esas dos cejas
qué bonitos ojos tienes.
Ellos me quieren mirar...
pero si tu no los dejas
pero si tu no los dejas
ni siquiera parpadear....

Malagueña salerosa
besar tus labios quisiera
besar tus labios quisiera
Malagueña salerosa.
Y decirte niña hermosa
que eres linda y hechicera
que eres linda y hechicera
como el candor de una rosa.

Si por pobre me desprecias
yo te concedo razón...
yo te concedo razón...
si por pobre me desprecias.
Yo no te ofrezco riquezas
te ofrezco mi corazón...
te ofrezco mi corazón...
a cambio de mi pobreza.

Mi amor... es solo una canción. 


¡Sed Buenos!


(Os dejo el enlace Malagueña Salerosa )



Enlaces relacionados: "Charlene Wittstock: de sirena a princesa"

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